«Me excito pero no logro mantener la erección.»
Esa frase la he escuchado en consulta más veces de las que podría contar.
Y no, no solo la dicen hombres mayores, ni quienes han tenido “problemas de salud”.
También la dicen chicos jóvenes, sanos, con pareja, con ganas… pero con un cuerpo que parece que no responde.
Y lo primero que quiero decirte, como sexóloga y como alguien que trabaja con hombres reales, es esto:
No estás solo. No estás roto. Y esto tiene salida.
La situación es tan común como frustrante:
Tienes ganas, te excitas, incluso puede que tengas una erección al principio… pero a los pocos minutos, se va.
Tu mente quiere seguir, pero el cuerpo no te acompaña.
Y aquí es donde muchos empiezan a pensar:
“¿Qué me pasa?”
“¿Estoy fallando?”
“¿Ya no soy hombre?”
El problema no es solo físico. De hecho, en el 80-90% de los casos, el origen está en la mente: ansiedad, miedo al fallo, presión por rendir o simplemente desconexión emocional.
Vamos a ponerlo claro. Si te excitas pero no logras mantener la erección, probablemente esté pasando alguna de estas tres cosas:
El deseo está, pero tu cabeza está en otra parte:
👉 “¿Lo estaré haciendo bien?”
👉 “¿Y si me vuelve a pasar?”
👉 “Tengo que satisfacerla…”
Ese nivel de presión activa el sistema nervioso simpático (el que se activa ante el peligro), y eso inhibe la respuesta eréctil. Tu cuerpo no puede estar en modo placer si tu mente está en modo amenaza.
Creemos que “tener una erección firme y duradera” es señal de masculinidad.
Pero el cuerpo no funciona con botones. Las erecciones fluctúan.
Hay momentos de más conexión, más sensibilidad, más emoción… y también momentos donde simplemente no ocurre.
Y eso no significa que no desees.
Solo significa que eres humano.
A veces el problema no es técnico ni físico, sino más sutil:
👉 No hay sintonía emocional con la pareja
👉 Hay miedo al rechazo
👉 No estás recibiendo el tipo de estímulo que necesitas
¿Has probado a hablar de lo que te gusta? ¿A salir del “deber” sexual y entrar en el juego erótico?
Aquí algunas claves prácticas:
Si alguna vez pensaste: “me excito pero no logro mantener la erección”, no significa que estés mal, que no valgas o que no sirvas.
Significa que tu cuerpo está diciendo algo. Y merece ser escuchado sin vergüenza.
El deseo no vive solo en el pene. Vive en tu mente, tu emoción y tu cuerpo completo.
Y sí, puedes volver a confiar en él.
A veces, entenderlo no es suficiente.
Si quieres trabajar esto con apoyo profesional y sin juicios, puedes agendar una sesión conmigo.