Hablar de placer, sexo y ritmo en pareja no siempre es fácil. Y menos cuando uno de los dos siente que no está “a la altura” o que no puede controlar su cuerpo.
Si has pensado o buscado en Google: “mi pareja se corre rápido, ¿qué hago?”, estás en el lugar correcto.
Aquí no vas a encontrar juicios, ni soluciones mágicas.
Solo comprensión, herramientas reales y una mirada amorosa sobre algo más común de lo que parece.
Cuando hablamos de que alguien “se corre rápido”, normalmente nos referimos a una eyaculación que ocurre antes de lo deseado.
Es importante entender que esto no es una falla, ni define la calidad del encuentro.
Una de las primeras trampas en esta situación es caer en el pensamiento de:
“No me desea lo suficiente…”
“No lo excito como antes…”
“Estoy haciendo algo mal…”
Nada de eso.
La eyaculación rápida puede tener causas físicas, emocionales o contextuales:
Y muchas veces, cuanto más presión se pone sobre el tema, más se refuerza el problema.
Evita frases como:
Cambiar el enfoque por frases como:
Puede ser más sanador de lo que imaginas.
El sexo no empieza ni termina en una erección o eyaculación.
Hay boca, manos, cuerpo, juguetes, imaginación, fantasías…
Y sobre todo, hay tiempo y conexión.
Practiquen el placer sin metas.
El objetivo no es durar más, es sentirse más.
Si él lo vive con malestar, puede:
Pero lo importante es que no lo fuerces ni lo señales como un problema personal.
Acompañar no es empujar, es caminar al lado.
Este tema también puede generar frustración o tristeza en ti.
Y está bien.
No tienes que aguantar fingiendo que no pasa nada.
Pero tampoco tienes que convertirte en la entrenadora sexual de tu pareja.
Pueden trabajarlo juntos. O él puede pedir ayuda profesional.
Pero siempre con cariño, paciencia y, sobre todo, sin culpas.
Tu relación sexual no se rompe por eyacular “rápido”.
Pero sí puede desgastarse por el silencio, la vergüenza o la presión constante.
Si hay amor, confianza y ganas de cuidar el vínculo, hay mucho por explorar.
Recuerda:
Lo que dura poco puede seguir siendo profundo.
Y lo que se trabaja con amor… suele transformarse.
Puedes escribirme o agendar una sesión.
Estoy aquí para acompañarte.