Cuando alguien me pregunta qué es el erotismo, casi siempre noto cierta confusión.
La mayoría lo asocia con posturas imposibles, intensidad constante o incluso con escenas de porno.
Pero no, el erotismo no es eso.
No se trata de acrobacias ni de espectáculo.
El erotismo es la conexión con el deseo sin prisas, sin guion y sin exigencias.
Para mí, el erotismo está en lo sencillo, en lo cotidiano que pasa desapercibido pero enciende la chispa:
Esos gestos son los que mantienen vivo el deseo incluso después de años en pareja.
Muchas parejas que acompaño me dicen:
«Ya no siento la misma pasión que antes».
El problema no suele ser la falta de amor, sino la falta de espacio para el erotismo.
Con la rutina dejamos de sorprendernos, dejamos de mirarnos con intención y dejamos de crear momentos sin objetivos.
Y cuando eso ocurre, el deseo se enfría.
La buena noticia es que recuperar el erotismo es posible y no requiere grandes planes ni escenarios.
El erotismo vive en lo cotidiano:
Si me vuelves a preguntar qué es el erotismo, te diré esto:
es la forma más humana y sencilla de mantener encendido el fuego en la relación.
Y lo mejor: está al alcance de cualquiera que decida cultivarlo.
El erotismo no es un lujo, es un lenguaje propio de la pareja.
Un recordatorio de que el deseo no se mide por cantidad de sexo, sino por la capacidad de sorprenderse y conectar en lo cotidiano.
¿Estás lista o listo para empezar a cultivarlo?