¿Sexo en el agua? Puede sonar a película romántica, a aventura veraniega o a experiencia salvaje bajo la ducha. Pero detrás de la fantasía, también hay realidades que muchas veces nadie cuenta. Porque aunque la idea de hacerlo en la playa, la piscina o la bañera puede parecer excitante, cuando se convierte en experiencia real… puede sorprender (y no siempre para bien).
Como sexóloga, y también como mujer que ha escuchado muchas historias reales en consulta, hoy quiero contarte todo lo que deberías saber sobre el sexo en el agua, desde sus encantos hasta sus complicaciones, para que puedas vivirlo de forma segura y placentera.
La idea de hacer el amor en el agua nos conecta con imágenes sensuales, cuerpos mojados, piel brillante y escenas de película. El problema es que la realidad física y biológica del cuerpo no siempre acompaña esa estética de cine.
Aunque no es peligroso per se, el sexo en el agua puede aumentar ciertos riesgos si no se toman precauciones:
Aquí van algunos consejos prácticos y realistas para que si decides experimentar con el sexo en el agua, lo disfrutes sin sustos:
Explorar, probar, jugar… todo eso forma parte del erotismo. El sexo en el agua puede ser una experiencia diferente, divertida y muy sensual si se vive con conciencia, información y cuidados.
No se trata de asustarte, sino de que puedas elegir desde el placer y no desde la presión o la expectativa de que “debería ser increíble”. Porque a veces, el mejor lugar para hacerlo no es donde hay más agua… sino donde hay más conexión.